ESCAFANDRA Te quiero y te odio | Blanca Vázquez


Los celos nacen del amor, pero no mueren con éste.
François de La Rochefoucauld

Tal vez en alguna ocasión han sentido celos; podemos notar que existen en nuestras reacciones. Recordemos que los celos son una emoción, y son producto de inseguridades y miedos al pensar o imaginar que podemos perder la conexión con la persona en la que hemos basado esa idea del amor. Parece extraño, pero par que se produzcan debe existir en la pareja una relación de confianza, porque se puede comentar que se saldrá, platicará o visitará a alguien más y los focos rojos empiezan a parpadear al interior del celoso porque se piensa en el tercero como un rival.

Son celos cierto temor
tan delgado y tan sutil,
que si no fuera tan vil,
pudiera llamarse amor. [1]

El cómo se reacciona ante los celos puede de ir a una escala de gravedad con acciones agresivas o comportamientos de indiferencia que tienen como principal idea disimular la molestia y comienza la idea del cómo proteger lo que consideramos es nuestro. El novelista del Siglo de Oro español, Miguel de Cervantes Saavedra, escribía que "si los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta".

No te amo, amo los celos que te tengo
son lo único tuyo que me queda,
los celos y la rabia que te tengo,
hidrófobo de ti me ahogo en vino. [2]

Un dolor se agolpa dentro del cuerpo, un dolor que va acompañado de enojo, y en muchos de los casos ese miedo se basa en meras imaginaciones, de situaciones de las que no se tienen certeza o que se exacerban las situaciones de amabilidad, cariño o atenciones que se tienen con los que nos rodean. La celotipia[3] puede llegar a ser grave cuando atenta contra la integridad de la persona sobre la cual se ejerce violencia emocional y en muchos casos física.

¿Cómo sé que siento celos?
  • El "yo" se siente desprotegido, con temor al abandono y el olvido.
  • Muestra de baja autoestima.
  • Tristeza constante al pensar que no se es merecedor del amor de la pareja.
  • Adelanto al dolor que sabe le provocará la infidelidad, lo cual le lleva a un sinfín de imaginaciones negativas.
  • Intranquilidad continua que provoca reacciones verbales o físicas en contra de la pareja.
En nombre del amor se llevan a cabo actos de violencia que en la mayoría de los casos pasan como invisibles porque se disfrazan de cotidianidad, como muestras de cariño pero que sin duda son acciones controladoras. La idea del amor romántico y la constante exposición del amor ideal de los medios de comunicación distorsionan el acto amatorio; los celos matan el amor pero no el deseo. Este es el verdadero castigo de la pasión traicionada.[4]

Para leer:
1. William Shakespeare. Otelo. (2013). México: Porrúa.
2. Eurípides. Medea. (2013). Francia: Minimal
3. Miguel de Cervantes Saavedra. (2001). El viejo celoso. Alicante
4. Emilia Pardo Bazán. (2017) El zapato.

Itasavi1@hotmail.com

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[1] Fragmento de Lope de Vega
[2] Armando Uribe Arce, poeta chileno
[3] Enfermedad que convierte al pensamiento en una paranoia u obsesión que consume a quien lo padece con el temor de ser sustituido por otro ser, con la sospecha enajenada de que se nos  miente.
[4] Carlos Fuentes, escritor mexicano.


Imagen | euroresidentes

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